Ojalá hagamos de la felicidad una cosa profunda. Ojalá no la confundamos con la estupidez jamás, jamás.


(Angélica Lidell)


martes, 7 de julio de 2009

¿Para cuándo hablar de las cosas que hago bien?
¿Para cuándo hablar de lo que me hace reir?
¿Para cuándo?
De lo que me hace parecer un crio?
De aquello que me agrada?
De lo que hace sentir BIEN?
¿Para cuándo hablar de lo que me maravilla?

4 comentarios:

  1. Supongo que hay un tiempo para todo...

    Hay un tiempo para sentarse y recordar
    hay un tiempo para tocar fondo
    hay un tiempo para respirar
    hay un tiempo para reconocer
    hay un tiempo para negar lo innegable
    hay un tiempo para resurgir
    hay un tiempo para soñar
    hay un tiempo para rebelarse
    hay un tiempo para perderse
    hay un tiempo para perder la inocencia
    y para saber que nunca más volverás a tenerla
    hay un tiempo para no querer despertar
    y un tiempo para retozar 5 minutos más
    hay un tiempo para sangrar
    hay un tiempo para desaparecer
    hay un tiempo para que te duela más que nunca
    y siempre hay tiempo para una vez más

    Lo peor o lo mejor, de que los halos positivos o negativos, los aniones, los cationes, toda esa orgiástica física que nos rodea, se conjuguen, es que el tiempo vendrá aislado o asociado a otros tiempos, rara vez se elige, de lo que se deduce que nos dejamos llevar en el tiempo. Un tiempo que nos pertenece, y que alguna vez es posible mirarlo de frente y elegir como vivirlo... a veces es relativamente fácil parar, pegar un frenazo, es relativamente fácil...
    Cuando lo hacemos de forma consciente, es satisfactorio, busca tu tiempo... quizá sea el tiempo de darle rienda suelta a lo que te pide el cuerpo, y en ese caso cuidado con lo que deseas, me refiero a cosas del calibre "quiero que se me caiga a pedazos" ;)

    ResponderEliminar
  2. Daaviid....ya soy linuxera yo tb!! ya era hora :P ahora sí que puedo decir que soy toa una informática jaja


    un besote

    ResponderEliminar
  3. ai david....
    joder david....
    para cuando nuestro tiempo largo y tendido para conversar y q me cuentes todo eso...

    ResponderEliminar
  4. Nos dejamos llevar por un tiempo que nos pertenece. Sin darle la importancia necesaria.
    Y dejamos que el tiempo pase y en su pasar hacemos los planes para realizar lo que nos pide el cuerpo, o lo que creemos que nos pide el cuerpo.
    Pero son quimeras. La mayoría de las veces.
    Mi tiempo para todo no lo elijo yo, está ahí, infinito y variable. Y estoy en tiempo de mirarme al espejo y romper el espejo. Estoy en tiempo de empezar de cero. Estoy en tiempo de olvidar lo que aprendí y volver a jugar. Estoy en tiempo de mirar de frente al tiempo y elegir cómo vivirlo. Dura y ansiosamente. Recordando, respirando, soñando, rebelándome, despertando, sangrando, desapareciendo, por mucho que duela...
    Vaya sarta de propósitos...Llevo toda la vida escribiendo propósitos, y llegando tarde al tiempo de las cosas. Como en esos sueños en los que quieres correr y tus piernas solo dan lentos y débiles pasos, ante tu desesperación. Estoy tan harto de llegar tarde a mi tiempo para vivir las cosas, para hacer las cosas, que ya me he revuelto. Por eso grito y lloro y corro y empujo y ya no pienso pararme, no pienso pararme.




    Estado Pasajero...Pronto...nuestro tiempo juntos siempre será pronto...

    ResponderEliminar