Ojalá hagamos de la felicidad una cosa profunda. Ojalá no la confundamos con la estupidez jamás, jamás.


(Angélica Lidell)


miércoles, 10 de agosto de 2011

Adormecido...

Era de noche.

De noche y como las noches anteriores

humo, papel y letras.

Y en un segundo irrumpe alguien

y se refleja en textos de adormecido origen.

Repetidos y antiguos,

son tan íntimos en la seguridad de la mente,

y tan desconocidos al releer

que no los recuerdo, no se donde están.

No supe de donde habían salido textos y dolores

a la mañana, con luz y menos humo y unas letras diferentes.

Tendría que volver a encontrarme contigo

a reconocerte otra vez,

al llegar la noche, solo adormecido.

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