Ojalá hagamos de la felicidad una cosa profunda. Ojalá no la confundamos con la estupidez jamás, jamás.


(Angélica Lidell)


domingo, 15 de marzo de 2009

Acabando entrada.

Que tontería tan grande encontrarse mirando el escaparate de una tienda a las 6 de la mañana y ver una camiseta con el poema "Me gusta cuando callas" de Neruda. Las palabras forman un corazón.
Supongo que es muy cursi. Me siento un poco pedorro mientras una pena y un ansia a la vez me asaltan.
Al final, ni escribirás el poema en el blog, ni regalarás esa camiseta. Mejor no hacer ciertos movimientos bruscos. No vaya a ser que el poko equilibrio que me keda se vaya al garete.

Imaginemos por un momento una implosión. Sensación de romperse por dentro, con un calor tan inmundo que preferirías no habértelo permitido. Y tus anhelos más profundos se presentan y se caen delante de tí. Se hunden, te hunden en la miseria de tí mismo. Y luego, qué? No esque me esté pasando, solo es imaginarlo.

No sé, solo es que a veces me gustaría ser más frio. No akordarme tanto de ciertas cosas...

Los pájaros cantan y las nubes se levantan. A casa, canutín y puede que algo de leer.
¿Alguna propuesta?



¿entrada acabada?

1 comentario:

  1. "Memorias de un loco". Flaubert.

    ["...el traje de un arlequín no es más variado en sus matices que la mente humana en sus locuras, y los dos llegan al mismo resultado, el de desgastarse uno y otro y hacer reír durante algún tiempo: al público, por su dinero; al filósofo, por su ciencia..."]

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