Ojalá hagamos de la felicidad una cosa profunda. Ojalá no la confundamos con la estupidez jamás, jamás.


(Angélica Lidell)


lunes, 9 de marzo de 2009

De chillidos y agorafobia.


Angélica tiene razón, es odioso encontrarse con "conocidos" por la calle.
Ejercicios de falsedad, de saber estar, de parecer intereseado, de recordar nombres.
Cuando paseo por la mañana por Gijón, me gusta no encontrarme con nadie, no hablar con nadie, solo pasear y estar akí dentro. Me gustaba mucho eso cuando llegué akí. Ya no me pasa con tanta facilidad.

Irse no debería ser huir, sino crear, no? No me voy a ir para no hacer nada. CADA VEZ TENGO MÁS GANAS DE CHILLAR. Y de dejarme la sangre y las palabras en el puto escenario. Odiar hasta el regodeo la escena para parirla de nuevo. Sangrame la vida para parirla de nuevo.
Sigue habiendo demasiada gente.

Por cierto, si pones "chillidos" en el buscador de imágenes de Google, salen muchas de monos.

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