Ojalá hagamos de la felicidad una cosa profunda. Ojalá no la confundamos con la estupidez jamás, jamás.


(Angélica Lidell)


domingo, 8 de marzo de 2009

¿Quitando capas?


Yo no sé si el interior, eso que estamos llamando alma, es una piedra preciosa envuelta en un montón de capas. No sé si el miedo que tengo a mi propia alma proviene de algunas de esas capas, puestas o autoimpuestas, o si es porque me parece entrever un interior oscuro; no feo, pero creo que sí asqueroso. ¿Piedras preciosas? Es una bonita forma de ver el alma, pero no me la creo. No somos tan bonitos por dentro. Al menos yo.

Hoy me dió por pensar en mi interior, en eso que llamé "yo mismo", como en los anhelos más profundos y secretos que tengo. Y me ví como un cobarde.
Si mi vida son palabras y mi alma hechos, no tienen que ver casi nada una con otra. Debo de tener muchas capas, porque me doy cuenta de que hablo mucho, de que pretendo aparentar que soy contestatario, rebelde y valiente; pero en realidad nada de eso es verdad. No he tenido nunca el valor de atacar a mis problemas con coraje. Me callo y agacho la cabeza ante mis errores en lugar de defender mis posiciones o asumir a viva voz esos fallos. Casi siempre ha pasado que otra persona ha tenido que empujarme a ello, por las buenas o por las malas. De hecho, aunque hable de ellos de forma genérica, sigo callandolos aun akí, sin nombrarlos. Si mi alma soy yo, soy un cobarde, entre otras cosas.
Mis anhelos más profundos y secretos son de todo tipo, pero los principales no son especialmente difíciles de llevar a cabo (no vamos a contar con el tema del arte, que aun no se si es treméndamente complejo o totalmente simple). Y me gusta oirme cuando se los planteo a la gente como algo que voy a hacer, seguro. JA! Si muchas veces no soy capaz de dar la cara ante los hechos más banales, ¿cómo coño voy a ser capaz de tirar la casa por la ventana (literalmente, es algo que mi interior desea tanto...), por ejemplo.

Hay algo que no funciona, las cosas no son como deberían ser.
Y KIERO TENER EL JODIDO VALOR DE ROMPER CON TODO lo que me parece una mentira en mi vida, en la vida.
Si mi alma son mis anhelos, entonces kiero irme a donde no me asalten los remordimientos por ser un asesino todos los días, donde no le deba cosas materiales a nadie, donde no tenga que pagar el alquiler ni trabajar 8 horas (o más), donde los que no entienden no tengan importancia ni me afecten.

Y kiero Berlín.

Y no Kiero Berlín, ni llorar, ni sentir así, ni esperar.

Y kiero tener el jodido valor de romper.

y kiero experimentar otra vez el dolor del arte.

Kiero que mi alma sea libre antes de que me la roben...porque anhelo que me la roben...

Y puede que algún día llame a las cosas por su nombre, no como ahora, que vuelvo a las metáforas y los silencios. A las cosas de dentro de mi cabeza, y que entonces pueda moldearlas a mi gusto y necesidad.

Y kiero dormir, irme a mi casa pensando en mi universo paralelo de ciencia ficción que utilizo para no afrontar la respuesta a mis preguntas y para evadir tan solo mi imaginación. Porque esa es otra capa de mi cebolla...un universo con personajes, situaciones y lugares, muy complejo, del que solo tengo unas notas escritas y miles de esquemas en mi cabeza. Joder, y pretendo sacar de eso una novela...llevo tres años diciendo que voy a hacer una novela y solo tengo unas notas.

Solo mi imaginación, en el reducido espacio de mi craneo, ha llegado a cumplir mis deseos. ¿Que pobre, no?

(y tengo sueño, estoy cansado....cansado)

4 comentarios:

  1. Lo más doloroso, lo más afilado y penetrante, eso que está ahí ahondando en el cerebro, milímetro a milímetro con lentitud de sádico inquisidor, nunca se desvanecerá mientras sigamos siendo conscientes de nuestra finitud, mientras nos alumbre esa lucidez tremenda que sólo ocasionalmente consigue vencer a la desesperación.
    ¿Para los escépticos,es ésto lo único que nos queda, la autocontemplación como garantía del avance voraz de la Nada?

    Pero da igual, es un pensamiento más y "todo pensamiento emite una jugada de dados"...

    ResponderEliminar
  2. Llamalo como quieras...ese camino de la introspección, bordea la locura, baja hasta el inframundo y al final...
    Eso que somos por dentro sin artificios, sin imposturas, sin programaciones...eso nos hace ser la misma cosa a todos.Una pequeña cosa, una fragil y quebradiza cosa.Somos todo (valiente y cobarde)(rebelde y sumiso)...somos la polarización absoluta que a veces nos hace sentirnos parte del todo y otros días parte de la nada.
    Yo a ratos amordazo a mi huesped censurador,ajusticio al tirano,anestesio al enfermizo...pero no consigo desprenderme del miedo a la libertad.

    ResponderEliminar
  3. A veces, por más que queramos no podemos salirnos de esas paredes redondas de nuestro craneo... y no se trata de cobardía,sino de un no poder...de un no me da la gana,de un miedo atroz a que la realidad destroce todo lo que imaginamos,que nos destroce a nosotros mismos...pelar la cebolla de uno mismo es interesante, pero a la vez tremendamente peligroso...toda una aventura...la oscuridad propia es inevitable,busca una bombilla lo antes posible aunque no lo alumbre todo...,pero que no te de miedo la oscuridad,pues es lo que ella quiere...el miedo es su arma más predilecta...y además si ese miedo es a ti mismo,a tu oscuridad,piensa entonces que no has de temer, porque si eres noche,tambien puedes ser día...aún, cuando te cueste horrores serlo...y si no puedes hacer otra cosa y sigues velado y en sombra, haz de ese estado un camino por el que puedas andar,yo llevo en ese camino mucho tiempo...y como los murciélagos acabas por ver en la oscuridad,todo se aprende...cualquier punto de partida es siempre válido...romper con todo es una afrenta a ti mismo,pero en incontables ocasiones necesaria,ser uno mismo,una maravillosa y dolorosa valentía...el fuero interno es un mundo que siempre siempre se ha de explorar,¿como sino te enfrentarias al exterior?...

    ResponderEliminar
  4. Has aprendido a mirarte dentro, me consta que sabes lo mejor y peor de ti mismo; es más, me consta que tienes maravillas y horrores dentro, yo te los conozco y tú también. Coger las riendas no es tirar todo por la ventana, todo lo que has vivido y compartido forma parte de ti, coger las riendas es decidir qué quieres cambiar y qué no.

    Como diría mi amado Silvio:
    "Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui, allá dios que será divino...Yo me muero como viví"

    La hadita del espejo

    ResponderEliminar