RICERCAR

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Seis veces se cayeron las puertas de la razón en miles de tardes perdidas y no tan perdidas.

La primera fue por no saber cómo mantenerlas en pie. Por el desconocimiento que conlleva cuando se hacen las cosas por primera vez. Pero aprendí, conocí. Sentía hasta morirme.

La segunda cayó sin darme cuenta, y fueron fluidos y besos los que salieron de ella. Creer que es definitivo fue facil. Doler hasta las entrañas también. Tanta mentira detrás, tanto llanto, para nada. Solo fue un momento más.

La tercera parecía que me tiraba en mi interior muy adentro, muy lejos. Tan lejos que solo veia una parte incierta de lo que en realidad era. Y tan diferente a como creía que era fue todo, cuando conseguí acercarme, y no quise aprender.

La cuarta me hizo tocar suelo, caminar, correr, pero no quería ver. La razón otra vez convertida en locura. Volvía a creer en lo definitivo. Pero descubrí más tarde que no se caía una puerta para dejar pasar a la locura, solo para aplastar lo que quedaba de sano en mí.

La quinta fue para curarme, para vivir y no pensar, para dejarme llevar hasta que algo nuevo me descolocara de nuevo. De normal que era se levantaron detrás muros de cordura que taparon el horizonte.

A la sexta le costó romperse. Fue de nuevo inocencia tras tanta lucha y pérdida. Me veía loco bajo un montón de mediocridad podrida. Y eran todo sensopalabras y mordiscos. Música y drogas. Y todas las cosas del mundo parecían diferentes otra vez. Y otra vez aprendí y conocí. Pero yo no estaba preparado para todo eso y sentía hasta morirme.

Y ya nunka hubo puertas ni razón ni cordura. Y llega sin número la lokura permanente que tanto nos llena. La lokura es diosa bienamada de mis fechorías y mágika aparece para hacerme aprender sin puertas ni cuestiones.

Y sentir hasta morir, ahora sí, keriendo.





RESUMEN:

LA MITAD DE LA RAIZ CUADRADA DE CINCO MENOS UNO