Ojalá hagamos de la felicidad una cosa profunda. Ojalá no la confundamos con la estupidez jamás, jamás.


(Angélica Lidell)


jueves, 19 de mayo de 2011

un enorme y profundo silencio

lunes, 16 de mayo de 2011

Poesía visual escrita.

Cortarse las venas tras besarse las muñecas.
"Una rosa sabe mejor un día después de haberla comprado"
He encontrado el tornillo que había perdido cuando te fuiste.
Tras tentativas absurdas de recomponerme a base de viejas fórmulas, he vuelto a recurrir a la poesía, vale que a veces burda y siempre con algo de egoísta, pero eficaz, llamativa, inspiradora.
Ahora he vuelto a crear mundos nuevos a partir de pequeñeces. Por ahora solo son imperdibles o cerillas, pero podrían ser más. El laberinto está ahora en forma de plaza. Así me lo encuentro.
Y el capítulo 25 resuena . . .   . 
...no entiendo nada. De verdad que no entiendo nada... .
...aquella niña le había estado mirando durante todos aquellos días. La atracción había surgido de un lugar profundo, más allá del deseo de la carne, pero también más allá de una mera curiosidad infantil maravillada. Sí, es cierto que había algo desbordante, como un río sin nombre, como un tumulto de gritos apagados, que  daba un aire de asexualidad a esa atracción. Pero ahí estaba.
Y así fue que con el paso de los pies sobre el mismo suelo y hablar y compartir una fantasía, se encontraron tras el ciclorama y estalló algo que ya no era esperado... . Todo se desmoronó y ambos se perdieron en sus propias conjeturas tan rápido como se habían cruzado las primeras miradas. 

martes, 10 de mayo de 2011

espasmo

...barrer barrer, se acerca el final de trabajo, volver a casa, dar de comer a la gata, dormir. Karma Police en altavoz...se cuela el pensamiento que se clava y mis manos se tienen ke apoyar por unos momentos en la barra y mi respiración se corta y dónde estás y ké haces llenan todo mezclado con parálisis y lágrima...dura poco...vuelta a la "normalidad"...

domingo, 8 de mayo de 2011

espasmo

...de repente, me he encontrado con aquél conocido con quién hablar de viajes y lugares lejanos, porque su casa está allí. Cinco minutos después, subiendo las escaleras, mis manos se han apretado con fuerza a la barandilla, mi boca ha apretado sus dientes y mi cabeza que ha quedado agachada mientras casi lloraba. Y el pecho me dolía, y no podía moverme. Me kedé klavado, como una enorme piedra, en mitad de la escalera, con los recuerdos azotándome, destrozándome...me ha pasado antes...cuesta recuperar el control y volver a moverse y reducir la intensidad de dolor de la memoria trasladándose de nuevo allá lejos...espasmos así se repiten cada poco...